Todo empezó en Pangea
En 1915,
recién salido de la imprenta, el libro de
Alfred Wegener, El origen de los
continentes y los océanos, sacudió como un
terremoto los cimientos de las ciencias de la Tierra. El meteorólogo alemán fue el
primero en reunir datos procedentes de diferentes disciplinas científicas para
argumentar una teoría de la deriva continental, por entonces muy
controvertida.
En
1910, mientras examinaba detenidamente un atlas, Wegener se preguntó si las
siluetas de los continentes encajaban entre sí por pura coincidencia. Tiempo
después formaría con ellas un único “supercontinente primordial” al que llamó
Pangea (“toda la Tierra”, en griego). Postuló que aquella inmensa masa de tierra
firme había existido hasta que hace 250 o 200 millones de años empezó a
desgajarse en los continentes actuales.